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jueves, 9 de noviembre de 2017

Despedida

Séptimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 2.000 escritores, respetando el derecho de autor.






Publicación N° 1.851-


                                                                                                                           Viviana Ayilef

Poeta y narradora argentina, nacida en 1981. Vive en el sur del país, en la ciudad de Trelew y cursó estudios en la Universidad Nacional de la Patagonia "San Juan Bosco". Su último libro de poemas publicado: "Agua de otoño", resultó Primer Premio en el Concurso Fondo Editorial Provincial, en la edición 2009, en el género Poesía.


                                                                                        "No gustarán sus aires mi respiro.
                                                                                          Ni segarán la tierra, ni dormirán en paz
                                                                                          Ni calmarán su sed
                                                                                          de siglos"










DESPEDIDA

Así llegó la despedida tan temida
él la miraba sin decir palabra
ella se deshacía en muchas.
Sus manos se juntaron
como se funden las manos de un amigo
y sonrieron.
Así cerraron trato;
cruzó la calle
ella quedó sentada mordiéndose los labios,
ya resecos.
Sus ojos naufragaron sin remedio.
Entonces fue que anochecía-
El hombre se encorvaba sobre el tinto.
La hembra maduraba
-y algo dentro suyo-
Por eso en las mañanas de verano
ella le cuenta al niño que él no supo
la historia del varón que tanto quiso
y que una tarde con el viento
partió para volver en su presencia
sin saberlo.-



¿DONDE CREES AMOR?

¿Dónde crees amor
que nace este temblor
que no termina?
¿Cuántos caminos pretendés que invente
hasta llegar a merecer
tu suerte?
Nada de lo que digas me convence
nadie nació sabiendo, ni a esta altura.
Poco sentido tiene el que me alejes,
tus razones
se deslicen a una legua de distancia.
Tantas lágrimas lloré que no las viste
darme el olvido es el error que te atormenta.
Me permitió entrar tu corazón,
no digas que el dolor también se olvida.
Las puertas que se cierran se patean,
voy a encontrarte corazón donde te escondas.
Vencida la honradez, yerto el orgullo
no has derrotado mi ilusión
porque no cesa este temblor
ni mi desvelo.
¿Cómo pudiste amar
y ahora terminar
arrepentido?
¿Por qué quisiste corazón amotinarte?
En tantas partes te busqué
y cuando fui feliz
me desgarraste.
¿Dónde crees amor
que pueda descansar
tanta nostalgia?



TEMPRANO

Temprano terminamos la función
mirá que no podemos limar la pequeñez
que nos limita.
Que no poder decir amor, te doy la vida,
hagamos barriletes con su tela
y escapemos.
Y cierto día alguno de nosotros
se quedará en la tierra
con el cuello torcido y un pedazo de soga
entre las manos.
Así será y el otro habrá inventado la nostalgia
para el uno,
y el perro que notará tu ausencia
te ladrará más fuerte
que no es justo
que fueron muchos años
que siempre él tan fiel y tan sincero
tan torpe de ternura
se desgarró a tu lado con tu llanto.
No será justo, usted allá mi amor
y nosotros padeciendo tierra adentro del olvido.
No estamos preparados, don,
no somos tan humanos y bien hombres.
No nos quiere el hueso que roemos,
que no poder decir adiós, te doy su vida
quiitáme el barrilete,
que no poder resignarse
al breve tiempo que nos das
para abrazarnos.
Nos duele este vivir gozoso
sólo para quedar al fin
con este perro viejo
masticando los recuerdos de su dueño
que fue también el mío--



NO NACERÉ AL OSCURO

No aclamarán tambores mi presencia.
Ni habré discursos patrios ya.

No vengo a ver vivir, ni a financiar mi muerte.

Vine a surgir sin brisa que me empuje
sin bronces que me auspicien.

Sabía del silencio y la impostura,
he conocido del corazón gimiente.
Compondré mis canciones en sus jardines de otoño,
con sangre
y sello propio.

Y después:
luz desde agónicos ríos,
aguas de lluvia urgente que beber,
golpes de corazón pujando al tiempo

bailes -paganos bailes que molesten-

Nunca pedí permiso.

Los vastos territorios son el fuego
en que me quemo
en que renazco
y no hay espera.-



                                                                                                                      Viviana Ayilef



Imágenes: Arte digital contemporáneo






quiquedelucio@gmail.com

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