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sábado, 15 de julio de 2017

A partir de hoy


Séptimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 2.000 escritores, respetando el derecho de autor.




Publicación N° 1.743-



                                                                                                                                Mei Er


Poeta china, seudónimo de Gao Shangmei, nacida en la provincia de Jiansu, en 1968. Es directora de la revista de poesía Agua de Otoño de la provincia de Taiwan. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía "El peso de la esponja" (2013), "Yo y tú" (2014),etc. Es considerada una de las diez poetas chinas más reconocidas por sus lectores. La Academia Mundial de Artes y Cultura le otorgó el título de Doctor en Letras, en 2015 logró el Premio de Creación Poética en el Congreso Mundial de Poetas, y en el 2016 recibió la Medalla de Arte en la 57 edición del congreso literario.


                                                                                           "El amor es un sueño mezclado
                                                                                             con sangre y lágrimas que ha
                                                                                             traspasado las guerras y la muerte
                                                                                             y sobrevive en tu sonrisa"










A PARTIR DE HOY

I

A partir de hoy, soy una cuerda de tu caballeriza
para dispersar el aroma de la regaliz
Toda la noche velo las estrellas
esperando tus pasos bajo la luna

En el aire se mantiene la lluvia
de hace treinta años
En el campo de deportes está mi figura
de correr descalza
toda brillantez ha goteado por tu ropa
Río Shuanghe, el brillo que reflejan mis pies cristalinos
me lo devuelves esta noche.

Me he hecho tu mujer, tu reina
me alojé en tu palacio en mi mejor edad
lo que yo había escrito en la cortina celeste
ya lo leíste entre mis senos.


II

A partir de hoy, Río Shuanghe
jalando la falda con borde de flores calcáreas
me senté como una reina modesta
la humildad que he sembrado entre flores
rinde adoración al sol y a la luna por mí
No me hagas llorar
las dificultades que he superado
en camino a la cita
han sido escondidas cuidadosamente
en la fisura de las piedras
incluye mi tristeza inconmensurable en Jerusalén
y las meditaciones y espinas que lancé
Las limpio y convierto en suave luz lunar para ti
Lo que todavía no entiendo de ti y tú de mí
Dejémoslo al momento cuando nos sentemos
frente a las montañas nosotros solos,
para convertirnos en inmortales.-


III

Las escamas, que se descascaran del tobillo
hacia arriba
forman el cercado de mi corazón
Si no tuviera que evitar cuchillos y espadas
para qué camuflaría yo los hierros borrosos
para qué estaría como las plumas
obsesionada en el agua, viendo
las ingenuas palomas
que interpretan la paz con inocencia

Este mundo, existe entre fórmulas irradiadas
Las sensaciones falsas de la investigación
empezaron desde la paralización de Hawking.-


IV

Sólo con adelantar la sombra
que encontré en el campo de cereales
pude protegerme de esa tronada
Las moras de color violeta colorearon los dientes
me senté bajo el árbol y jugué
al ajedrez con la luz y la sombra

Con un tirachinas en la mano y arrastrando
una rama fresca
anduviste bajo la sombra del árbol de al lado
con la visión periférica echaste una mirada
hacia el paisaje de este lado
Las cigarras piaban, y el sol cantaba

Cuando el humo del atardecer subía despacito
el aire se llenó de fragancia de hierbas
Los perritos terminaron de ladrar, de perseguir
Volví al corazón de las batatas
mirando que la luz lunar de tu casa
iluminaba poco a poco los pajares
y el rostro del joven.-


V

Tú y yo estamos destinados a reencontrarnos
en la nieve después de treinta años
como mi encuentro casual con Byron
en el puente elevado de Lausana
En aquel atardecer, el prisionero de Chillon
todavía estaba en el agua
Caminé hasta Montreaux sosteniendo una hoja de arce
anduve de otoño a invierno

En aquel entonces, Byron iba a toda velocidad
en el lago Lemán
e inundaba el castillo con su plena pasión
de sangre caliente
Aquellos gemidos y cantos suaves
los gritos incesantes cuando golpeaban las oleadas
emitían un brillo inmortal

Vuelvo a tus brazos, Río Shuanghe
a partir de hoy tu frío también es el mío
Me derrito en la piedra, como lo que promete dios
regresar al polvo
regresar al tiempo de negación.-



                                                                                                                    Mei Er 



Imágenes: Pinturas de Elizabeth Jonkers





quiquedelucio@gmail.com

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