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martes, 9 de mayo de 2017

Tonos de alcoba


Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.800 escritores, respetando el derecho de autor.





Publicación N° 1.693-


                                                                                                                     María Calviño

Poeta argentina, nacida en la ciudad de Córdoba en 1961. Ha publicado "Círculo de sombras" (Ediciones del Tarco, 1993), "Temporada de casa y otros poemas" (1998), "Lírica en trámite" (Babel Editorial, 2008), etc. Su obra participó de la Muestra  de poemas objeto 10 X10  del Centro Cultural España Córdoba para el centenario del diario La Voz del Interior, (2004). Obtuvo recomendación de publicación en el Concurso de Poesía Hispanoamericana organizado por las revistas literarias "Matadero" de Chile, "Amigos de lo ajeno" de Costa Rica, "Sala de máquinas" de Perú y "Vox" de Argentina (2004 - 2005).


                                                                                        "no sacudas del hombro del saco
                                                                                         las motas de sol, que no se van.
                                                                                         No tires los versos que empezaste
                                                                                         a escribir, porque vuelven"









TONOS DE ALCOBA

1

La lluvia en nuestras sierras
huele a hinojo y amapolas.

La luna llena de agua de marzo
colma el cuarto y mi mano llena

tu espalda suave,
tu espalda suave.

2

No es cierto que mi cabello
siga siendo tan joven...
no reconocería tus manos
o la yema de tus dedos
en la nuca.

3

Bebían de tus ojos mis labios
hasta que un sorbo quieto
en la garganta, un lazo
de pulso firme
era como una sola sed,

era como una sola sed
y nos besábamos.

4

Apenas te siento en la cintura:
uno puede hundirse entero
en el barro secreto de la vida.

5

Nos estiramos en la cama
y tan cerca tuyo,
mi cabeza es un hueso mudo
que resbala por fin, te oye latir
y muy lejos, en patios ya sin luz,
labran el resto de la noche
las cigarras.



2 X 4

La vida arrecia
nos conocimos hace tanto

igual que en el tango
el fuelle de esta sola noche
desvanece todas las demás

y qué chiquita, remota y pálida
era la luna.-



SALARIUM

Ni tu sombra te duplica,
resuena metálica
tu soledad. Aquí
esperando en la caja
del supermercado, pagando
los impuestos, o en cualquier
otra parte.

Mala combinación
de planos y puntos a mediodía,
sería un chasco también
la calle por la que vas
de no tener esas suaves acacias.

Como s las agujas
de algún reloj se hubieran vuelto locas
y ya no se pudiera saber
si son las tres las seis las diez,
desvarían las acacias.

Mínimas órbitas de luz:
"La sal seca lo verde", eso
parecen decir.-


ALAS

Otra vez alas -quiero decir de nuevo
la tierra, pero de lejos- me hizo acordar
a un bosque de pájaros,
atrapados en los gritos agudos
que dan cuando los deja el día
sin cielo, a la deriva

¿Ya no hay ninguna distancia
entre el rumor de aquel follaje umbroso
y la memoria? ¿a dónde fue,
con los años que pasaron?

Parvas de mariposas nocturnas
se agitan como en bolsa
buscando alguna luz que sirva
de tapera; son papeles
rotos de tanto trajinar
y están volando. Achispan
en oleadas el aire
de noviembre, otra vez,
tantos años después.-



                                                                                                              María Calviño




Imágenes: Pinturas de Harding Meyer  (Estados Unidos)





quiquedelucio@gmail.com

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