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martes, 24 de enero de 2012

No me quedan fuerzas

Poesía de Humberto Megget:

Dile a las nueces que se partan solas
no me quedan fuerzas
llama al médico
dile a las nueces que se pongan tristes
no me quedan risas
llama al médico
dile a las nueces que no tengo verbos
ya no tengo verbos
llama al médico
dile a las nueces que me quieran siempre
dile a las nueces
llama al médico
dile a las nueces que ahora tengo versos
dile a las nueces que ahora tengo versos
dile a las nueces que ahora tengo versos
no llames al médico.-

Humberto Megget: (Paysandú, 1926-Montevideo, 1951) Poeta uruguayo. La corta vida adulta de este rioplatense estuvo dedicada íntegra y ardorosamente a la poesía. Uno de los episodios fundacionales de su biografía poética consistió con el encuentro casual con el escritor surrealista José Parrilla, quien fue decisivo en la formación del futuro poeta. Megget también se dedicó al estudio del arte y la cultura primitiva. Antes de cumplir los veinte años empezó a frecuentar el Taller Torres García y supo que por el camino del Constructivismo podía reunir su intuitiva devoción por el arte primitivo con las inquietudes modernas. Megget vivió de trabajos mal pagos, pasó por fuertes experiencias afectivas con dos mujeres de idéntico nombre, enfermó de tuberculosis, fue internado, se lo sometió a una operación que no pudo resistir y murió en el posoperatorio, a los 25 años.
Publicó un delgado libro: "Nuevo sol partido" (1949). Escribió hasta el último límite de sus fuerzas y desde el sanatorio del que no saldría vivo, remitió un nuevo conjunto de textos a la poeta Idea Vilariño, quien hará la primera selección publicada poco después de la muerte "del joven poeta que desoímos", según ella misma escribió en la revista Marcha de Montevideo, N° 571,en abril de 1951.

Yo tenía una voz
botas de niño recién puestas
bombacha campesina más que rota
herida en las rodillas
era una voz que dominaba
a gigantes pequeños de juguete
que hiciérame anidar entre gorriones
y madurar la mente entre los hombres
que cortaban los árboles y el césped.
Yo tenía una voz tan pequeña
que hacía con ella collarcitos
y ataba tantas cosas a su corazón de trigo
que un día hasta a una niña tuvo presa
a una niña de ojos de dedales
con pestañas de fibra de los linos
a una niña de niña más que niña
que tomando a mi voz entre sus dedos
la convirtió en palabra de los ríos
y me quedé sin ella.-

         *   *   *   *

Va a dormirse una luz sobre mi frente
una luz en el cuarto este que toco
en el cuarto este de aguas que no bebo
de hojas mal impresas
y de estufas calientes.
Va a dormirse una luz
una luz que se estira en varias líneas
que no tiene
ni boca
ni estornudos
ni dedos para pies
ni pies sin dedos
sobre mis dientes mordiendo una manzana.
Va a dormirse una luz
hasta mañana.-

                                 Humberto Megget

Poemas seleccionados de su libro "Poemas escogidos", Ediciones de la Banda Oriental, marzo 1999.

Imágenes: pinturas de Christer Karlstad (Noruega contemporáneo). Surrealismo con un punto de misticismo propio. Artista muy apreciado, que expone en toda Europa.

quiquedelucio@gmail.com
Twitter@quiquedelucio

2 comentarios:

  1. gracias por darme a conocer a este poeta.

    un fuerte saludo


    fus

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  2. que triste, por favor!El poeta niño hace que yo pueda imaginar esa paramo de la enfermedad sin viaje de vuelta.

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